TOC, es la abreviatura de Trastorno Obsesivo Compulsivo, una condición en la cual las personas tienen ideas intrusivas que permanecen en su pensamiento, causando agobio y dificultades de concentración aveces para en tareas simples de la vida diaria.
Tengo el privilegio de conocer a un amigo que está enfrentando esta dificultad con valentía y que ha logrado mejorar muchísimo su calidad de vida, tarea en la cual ha salido a flote su fortaleza, su carácter y sus valores.
Prepárense para leer una aventura en la que se puede apreciar como, el corazón humano reacciona ante la adversidad sacando lo mejor de si.
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¡Dios ayúdame a salir del laberinto de mi mente!
Muchas personas en el mundo sufren de un mal que a veces se lleva en silencio por vergüenza o porque simplemente las personas que lo padecemos llegamos a creer que si se sabe lo que nos sucede, nos van a catalogar de locos o que vamos a terminar en un manicomio o alguna cosa por el estilo, por esta razón la primera vez que este padecimiento se manifestó en mi vida no lo comunique a nadie pero fueron 7 años de tortura mental en los que creí que me iba a volver loco, así que comencé a buscar que es lo que me sucedía, los síntomas eran pensamientos que no podía apartar de mi mente eran intrusos que se imponían y no me dejaban en paz aunque trataba de no pensar en ellos llegaban a mi mente una y otra vez torturándome y sometiéndome y llevándome a un estado de depresión donde sentía que ya nada valía la pena eran pensamientos sobre acontecimientos de mi pasado sobre una decisión mal tomada y para mi moralmente mal, esta tortura la padecí en silencio por más de 7 años, aún era un adolescente cuando esto se presentó tenía 17 años, no sabía que hacer estos pensamientos me torturaban hasta en mis sueños.
Llegue a creer que me iba a volver loco cada vez más estos pensamientos se mezclaban con una tendencia a equilibrar las cosas o acomodarlas de cierta manera o a evitar situaciones que podían desencadenar los pensamientos obsesivos, estos rituales no eran del todo voluntarios pero condicionaban un estado de ansiedad constante que solo se calmaba pobremente haciendo estos rituales, ya cansado de esta situación decido que voy a vivir la vida al extremo sin restricciones y sin sentido de la responsabilidad, era una excusa para vivir embriagado y en fiestas, pero esto solo desencadenaba más tristeza y dolor.
Luego de salir del colegio entre a la universidad, recuerdo que estar ocupado aliviaba más las obsesiones pues un estudiante de ingeniería debe ocuparse bastante de leer y memorizar de analizar, esto ayudo en gran parte a mantener mi inquieta mente ocupada, siempre que tenía algún ritual lo hacía cuando no me veían para mantener mi imagen de persona “normal” frente a mis compañeros, además los rituales pasaban desapercibidos al ojo poco detallista de mis compañeros, pues es trataba siempre de ordenar mis cosas de manera rigurosa y en un orden especifico y estos eran comportamientos que no se veían muy anormales, fue allí donde sucedió el primer milagro, recuerdo que por esa época yo perdí una materia importante en mi semestre, para un estudiante becado como yo era nefasto perder una materia pues esto hacia que perdiera mi beca, entonces después de muchos años recordé la devoción que de niño me inculco mi abuela paterna, ella me decía que tenía una madre en el cielo que ella me amaba sin importar nada, era un recuerdo borroso de un niño de 6 años rogando a la Virgen María para poder dormir, porque le tenía miedo a la oscuridad y le hice una promesa, le dije que si me ayudaba a pasar la materia le iba a cumplir la promesa a cabalidad, recuerdo que ya estaba resignado a repetir la materia cuando sonó el viejo teléfono que tenía en mi casa, era un teléfono negro de esos viejos que cuando suenan despiertan a todo el barrio, así que no lo pude ignorar, levante la bocina y me escuche una voz que no reconocía y pregunto por mí y le dije: “si soy yo” ¿Qué necesita?, me contesto: soy su profesor estoy llamándolo para decirle que hubo un error con su nota usted paso la materia, por favor acérquese a la universidad para arreglar la nota, era la primera vez que veía que una plegaria era contestada.
Rápido se me olvido la promesa que le había hecho a la Virgen y tarde poco en romper esa promesa; cuando otra vez me encontraba haciendo de mi vida una fiesta.
Fue en esta situación cuando ya toque el fondo, me encontraba en la desesperación total, tanto así que pensé en acabar mi vida en una borrachera o en una fiesta bien desordenada, pero recordé rogarle nuevamente a la Virgen María, ya me había escuchado una vez, tenía la fé de que volvería a interceder por mí, entonces le prometí algo que me costara, por esa época yo fumaba mucho y le prometí a la Virgen que dejaba de fumar para siempre pero que se ocupara de mantenerme siempre sano, que me sanara de ese trastorno que me agobiaba día y noche, hasta el momento he cumplido la promesa y ella también, no es algo que se haga de la noche a la mañana, pero estoy seguro de que a no ser por la intercesión de la virgen no estaría escribiendo este articulo ni mucho menos podría dormir tranquilo, luego de esto al día siguiente fue a mi casa una señora a hacer un rosario, sabía que era la respuesta de una madre que no desampara a su hijo, ese mismo día me habían invitado a un concierto de rock, pero recordé la promesa y decidí quedarme a hacer el rosario pues era la respuesta de la promesa que había hecho.
Este día mi vida se parte en dos, pues después de este rosario dirigido por una mujer de mucha oración ella se queda mirándome como si me conociera y yo esquivaba su mirada, fue entonces cuando dijo “todos están aquí por una motivo en particular, pero este muchacho está aquí por una cosa muy diferente” recordé la promesa, cuantas personas podrían estar allí en la misma situación que yo, entonces comencé a ir al grupo de oración de esta persona nos hicimos muy amigos, descubrí que tenía algunas habilidades que venían de las manos generosas de la santísima Virgen, a veces veía como conocía cosas del pasado de personas con las que nunca se había visto y me empecé a interesar por el tema, aún tenía mis pensamientos obsesivos pero comenzó a crecer en mí una fe de que podía ser curado por el medico divino, nuestro señor Jesús por intercesión de María nuestra madre, estando en el grupo aprendí que para recibir la comunión debía estar en gracia y para lograr ese estado de gracia era necesario confesarme, esta mujer de oración me llevo a donde un sacerdote muy ungido, el padre Isaac Ramírez en la parroquia donde estaba se realizaban misas de sanación por los enfermos, llegaba gente de todas partes había personas que viajaban desde lugares remotos solo para asistir a estas Eucaristías, pero había un problema yo no podía comulgar hasta que estuviera confesado, entonces ese domingo solo ore en la misa pero no sabía mucho de liturgia, era un católico de misa social, iba por saludar a los conocidos, en bautizos, matrimonios, novenarios etc. No sabía lo que de verdad se celebra en la Santa Eucaristía, ella me dijo que los viernes en esa misma parroquia uno se podía confesar, tome un turno y me puse a hacer la fila mientras rogaba al Espíritu Santo que me permitiera hacer una buena confesión, ya estaba preparado con un buen examen de conciencia, recuerdo que cuando fue mi turno hable por casi una hora con el padre diciéndole uno a uno mis pecados, todos llegaban a mi mente con imágenes y me desahogue, llore como un niño y termine abrazado a este santo, de verdad que la paz que sentí no la había sentido nunca.
Días después seguía orando el rosario todos los días y ya podía comulgar, recuerdo que el rosario siempre me hacía sentir tranquilo, cuando lo hacia la ansiedad quedaba controlada, oraba con mi madre en mi casa y comenzaba a tener tranquilidad, luego al cabo de un tiempo ya no tenía obsesiones, paso sin darme cuenta estaba curado pensé dentro de mi muy feliz, pero habían pasado 7 años, pero bueno nunca es tarde para acercarse a Dios.
¡Nuevamente Encerrado dentro de mí!
Al pasar lo años ya el tema de las obsesiones hacia parte del pasado, ya ni recordaba que había estado enfermo, pero comencé a alejarme de Dios nuevamente, estaba envuelto en un ciclo de pecado y caída, siempre caía en el mismo pecado, me confesaba y volvía a caer era como un vicio y llego a mí una crisis, tenía casi 30 años y nunca había tenido una pareja, no sabía por qué, siempre este tema había sido una frustración total en mi vida, así que decidí buscar ayuda psicológica, pues en una de estas crisis trate de quitarme la vida aburrido de la soledad y de la tristeza, las charlas ayudaron a enfocarme en otras cosas a ver los problemas de maneras distintas y logre recuperar algo de paz, pero seguía en un camino que me estaba alejando más y más de Jesús.
Tiempo después conocí una mujer muy hermosa era casi una niña tenía 18 años yo ya estaba en mis 32 ella es muy linda y pronto me di cuenta que no le era indiferente, comencé a salir con ella, era una mujer preciosa con cara de ángel pero solo en apariencia, me propuso ser “el otro”, pues ella tenía una relación establecida desde hacía algunos años con otra persona pero yo le gustaba mucho, yo nunca he tenido una pareja así que me aferre mucho a ella, pero cuando supe sus intenciones decidí alejarme me costó mucho, tanto que en las noches solo pensaba en ella y terminaba ahogado en llanto, así que decidí comenzar a cambiar mi estilo de vida, rogué a Jesús que me ayudara no podía más con el dolor pues estaba muy ilusionado, pero sabía que esto no podía llegar a ningún lado, pues al aclarar las cosas con ella solo dijo que lo nuestro no podía ser así, que si la quería debía conformarme con ser el otro, que todo debía hacerse a escondidas y que disfrutara el momento, yo pensé que después de tanto tiempo buscando un amor no podía conformarme con migajas, yo no estaba dispuesto a mendigar amor de nadie, entonces al cambiar mi estilo de vida para olvidarme de ella me sometí a rutinas extenuantes de gimnasio, a consumir estimulantes y sustancias para moldear el cuerpo , para rendir en mi trabajo tomaba cuatro tintos diarios, solo dormía tres horas a veces solo dos, me la pasaba otra vez en rumbas de hasta tres días, pero todo esto me paso la factura muy pronto, otra vez un día comenzó nuevamente un sentimiento un pensamiento obsesivo a atormentarme, ya lo había olvidado, pero no sé cómo volvió esta vez no se trataba de alguna culpa del pasado era algo totalmente obsesivo estaba obsesionado con la idea de ser obsesivo era la obsesión por la obsesión.
Saliendo Nuevamente
Esta vez estaba luchando contra algo más grande que yo así que decidí buscar ayuda, recordé el psicólogo que me había ayudado anteriormente y busque su número telefónico, le escribí un mensaje de texto “Don Saulo no sé si se acuerda de mí, creo que tengo TOC, por favor cuando pueda responda este mensaje necesito ayuda” allí comencé terapias, sus consejos me ayudaron mucho, logre recuperar mis horas de sueño (esto fue clave) y poco a poco fui saliendo, comencé a hacer vida social de verdad con amigos que no solo eran de rumba y volví a orar pero esta vez de una manera diferente más por amor a Dios que por compromiso, volví a frecuentar la Eucaristía, hice de la confesión sincera, con verdadero arrepentimiento un habito y procuro mantenerme en estado de gracia, fue un proceso igual que antes volví a visitar el santísimo (esto es lo más importante) y a comulgar en estado de gracia como Dios manda. En este momento me acepto como soy, cuando los pensamientos vuelven ofrezco el dolor a Cristo y lo uno a su cruz, en este momento me encuentro recuperando la paz que tenía pero esta vez sé que es una paz más aterrizada más duradera, para ti amigo que lees estas líneas te digo la esperanza está en Cristo él te ayudara si lo dejas y sobre todo no dejes de estar orando muy pegado del rosario y de María, el rosario trae luz mucha paz, aléjate de las cosas que te alejan de Dios, libros contrarios a la fe, programas de tv, conversaciones que agreden a la iglesia, porque todos somos la iglesia no solo el clero, desintoxícate, sal a hacer deporte ve a ver una película, comparte con tus seres queridos y sobre todo acéptate cómo eres, que Dios te puede cambiar sin que tú te des cuenta, hay muchas personas afuera que necesitan de ti, tu puedes ser las manos de Dios, ¿qué sería de mi sin las obras de caridad? Eso ayuda mucho pero no solo las que cuestan dinero, sino las que cuestan más las que requieren de un sacrifico más grande como donar tu tiempo para las personas más necesitadas, a veces ayudar a barrer o a servir comidas en tu tiempo libre te puede dar una visión diferente de las cosas, a Dios le agradan los sacrificios con amor y tu mente estará ocupada, otra cosa importante que te puedo aconsejar es que leas la palabra, pero no de cualquier manera, has las lecturas del día (lectio divina) la palabra de Dios sana y cada vez que se medita la palabra ella va sanando tu mente, aléjate de las imágenes que puedan hacerte caer en la lujuria más concéntrate en la palabra, este caminar sin la palabra no hubiese sido posible y si puedes ve a misa seguido conviértelo en un habito pero ve por amor a Cristo, has una buena confesión eso te libra de muchas cosas y también te puede llegar sanar más rápido, mantén un estado de gracia para que puedas comulgar, recuerda la eucaristía es el mismo Cristo en cuerpo y sangre y recuerda que por sus llagas hemos sido sanados ISAIAS 53;5.
Dr Saulo, gracias por compartir esta historia, creo q muchos nos podemos ver reflejados en situaciones similares. Son muy importantes los consejos q nos da este hombre para tener nuestra mente ocupada en las cosas de Dios y no del mundo, ver la realidad del otro y abandonarnos en los amorosos brazos del Padre y la Madre celestial.
Dios lo bendiga.
Dios le bendiga, este articulo me ha servido para animarme, debido a que me encontraba en un desierto con mi fe, y creo que esta es la razón de estar en esta crisis depresiva.
Tu texto viene a mi vida como una respuesta de Dios en esta situación por la que tu un día pasaste! Gracias por compartir tu experiencia! Me animaste a seguir en el rosario y en el santísimo con fe algún día podré salir de esto! Fue bueno leerte, lo más importante es seguirlo con amor tengo esperanzas. Dios te bendiga!