Una frase que se ha vuelto famosa, gracias a una propuesta que hay en el mercado respecto a relaciones de pareja es la siguiente: amar no es depender. El planteamiento lo entiendo como que cada uno debe crecer dentro de la pareja encontrando momentos en común para ser felices. Bonito, demasiado bonito para ser verdad.
Cabe preguntarse, qué hacemos ante la realidad de los problemas que cada uno tiene? Es un hecho que el mal existe y una de sus consecuencias las apreciamos en las complejidades que tenemos que vivir, máxime cuando hay ocasiones, que no son pocas, en las que no podemos salir solos, del problema en el que nos hemos metido o en el cual nos han involucrado.
Qué hacer cuando la pareja tiene problemas? Ayudarla es depender de ella? Estoy de acuerdo con que quedarse al lado de un adicto e ir al ritmo de su tobogán emocional no es precisamente el bien para esa persona y por eso a ese comportamiento lo llamamos codependencia. Pero, todo tipo de ayuda hacia el que lo necesita es una forma de depender de el? Padecer las consecuencias de las dificultades del otro en pareja o familia es depender?
Yo creo que la diferencia está en lo que entendamos por amor. Si amor es disfrutar, pasarla rico viviendo experiencias sensoriales espectaculares, en las que el beneficio propio no es negociable, los problemas del otro son vistos como una carga que fácilmente puede llegar a ser indeseable.
Pero el amor, es otra cosa: es buscar el bien, el verdadero bien para el otro, aún a costa de nuestra comodidad y de nuestros beneficios. El amor es sacrificio por el bien del otro, el amor es un sentimiento permanente hacia el otro, que no está sujeto al vaivén del gusto o la atracción ni mucho menos la comodidad egoísta de cada uno en la relación.
En ese orden de ideas, el verdadero bien del otro puede ser el de decirle unas buenas verdades, de manera compasiva pero clara. Es sufrir las consecuencias de los errores del otro mientras el otro actúa, opera cambios en su vida y los problemas van superándose. Amar no es enterrarse con el error del otro, porque el amor verdadero nos pone en movimiento, genera cambios, esto es acciones concretas, para superar las dificultades.
Así que el amor no es depender, es buscar el verdadero bien para el otro a costa de la propia vida; no es una enfermedad, es una muestra de que el amor existe y de que somos hijos de Dios, fuente de todo Amor.
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