En una revista universitaria me pidieron una opinión sobre el uso de las redes sociales. Les comparto unas ideas al respecto.

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El ser humano tiene una necesidad esencial de relacionarse con su entorno y con sus iguales para poder satisfacer sus necesidades. Es una realidad de apuño que nadie es capaz de ser verdaderamente autosuficiente y por lo tanto tiene que buscar “al otro”, o en la naturaleza, lo que le hace falta para restablecer su equilibrio. Este argumento que se menciona aquí de una manera general y breve, da lugar a complejos análisis que son el qué hacer de muchos cuerpo de conocimiento: la comunicación social y la semiología, son dos buenos ejemplos.

Un elemento adicional que complejiza aún mas estos procesos de comunicación, es que el ser humano produce constantemente nuevo conocimiento, y es así, como, en los últimos 25 años se ha dado una revolución irreversible (a nuestros ojos) que ha marcado nuevos y desconocidos rumbos (por ahora), para la humanidad. La tecnología, con internet a la cabeza y las redes sociales en la cresta de esta ola, han generado nuevas maneras de comunicación entre los seres humanos. Es así como, desde un teléfono inteligente, dos personas via twitter, pueden dar por terminada su relación.

Las redes sociales has llegado para quedarse y pretenden determinar un nuevo código de relacionamiento entre las personas: desde invitaciones a fiestas, encuentros religiosos, eventos destacables en la vida de las personas, hasta el día a día de “los amigos”, ahora son divulgados a través de las redes y cobran mayor notoriedad en la medida en que haya mas “me gusta”, “hashtag” o seguidores que dejen su impronta en lo que se está comentando al mundo.

Cabe preguntarse si habrá implicaciones para las personas en esta vida tan virtual que parece convertirse en “real” a ojos de muchos, especialmente de los mas jóvenes (a veces niños) de nuestra cultura.

Miremos primero qué necesidades pueden ser satisfechas por las redes sociales: tener amigos, buscar un apoyo emocional (fraterno o romántico), buscar consejos o guías en diferentes formas de espiritualidad, divulgar avances personales en cuanto al trabajo, ganar notoriedad y popularidad, tal vez sean las mas destacadas.

Cómo logran que una persona alcance lo que mencionamos en el párrafo anterior? Por medio de programas complejos de computador que permiten que unos nos enteremos de lo que los demás hacen en función de nuestros intereses y necesidades. Así, si “mi amigo” va a hacer una fiesta y lo coloca como evento en su página social, yo me entero de las coordenadas de su evento para poder asistir. Por otro lado, si yo estoy estrenando profesión, coloco una foto de mi grado y así “el mundo”, mi mundo, se entera de que ya estoy en el mercado laboral.

Eso no parece malo en sí mismo; dónde pueden estar los inconvenientes? Internet, permite que todos estemos conectados, sin importar nuestro lugar geográfico de acción; por lo tanto, en muchos casos los amigos en la red, son personas que por su lejanía nunca llegarán a verse en vivo. Pero no solamente es la imposibilidad de tomar un café juntos, es el hecho REAL, de que dos personas que son “amigas” en una red social, pueden no haber compartido nunca mayor cosa: no han sido testigos de victorias o dolores propios ni han reído juntos y por lo tanto, no tienen verdaderos vínculos en común. Y la tecnología puede haber avanzado mucho, pero no logrará sustituir el calor de un abrazo, o la mirada compasiva de un hermano ante el fracaso propio.

Entonces, si una persona le apuesta constantemente a las redes sociales para satisfacer las necesidades que hemos mencionado, mas temprano que tarde puede estrellarse con una triste realidad: sus amigos virtuales no son ni siquiera conocidos reales, ni son personas que quieran manifestarle una verdadera solidaridad en momentos de dificultad.

Quiere esto decir que las redes sociales son malas o cuando menos inocuas? Eso también parece injusto afirmarlo. Aquí van unas ideas que pueden servir de base para utilizar FB o Twitter como herramientas que apalanquen nuestro relacionamiento.

• Como lo han dicho muchos pensadores destacados, la vida en la red debe ser un reflejo cierto y genuino de lo que es nuestra vida real; por lo tanto, mientras no conozcamos mucho del otro conviene no tomar como una palabra cierta lo que se publique de alguien. Al mismo tiempo, es una invitación a que busquemos sin pausa y con firmeza, que la coherencia este presente en nuestras vidas para que lo que publiquemos sea igualmente cierto.

• Por supuesto que no sobra tener presente que lo que colocamos de nuestras vidas en la red, es verdaderamente público y por eso debemos ponderar qué pasa si la información que habla de nosotros, cae en manos desconocidas con fines poco claros y contrarios a nuestros deseos.

• Ni se debe sobre estimar a las amistades virtuales, ni tampoco subvalorar a las amistades reales. Es una señal preocupante que una persona tenga mas interacción en la red que con amistades reales. Esto es especialmente cierto con los jóvenes.

• Es conveniente que los padres tengan normas claras para el uso de internet y las redes sociales para sus hijos, si estos están en edad de ser criados y formados.

• Una forma adecuada de ser popular en las redes sociales es ofreciendo conocimiento que sea útil a los demás. Lo que es verdaderamente bueno para unos, será interesante para otros y de manera permanente. Si bien es cierto que algunos videos intrascendentes se vuelven “virales”, es una realidad que son flor de un día, o de pocos días.

• Los amigo, aún los reales, no pueden ser la panacea para la solución de todo tipo de problemas: por ejemplo, hay asuntos financieros o del comportamiento, que decididamente necesitan la intervención de un profesional.

Es claro que internet es moralmente neutro, pero también debemos tener los ojos bien abiertos y un criterio firme para utilizar las redes sociales como nuestras aliadas para satisfacer la necesidad inmanente del ser humano de comunicarse.