La noticia pasó casi desapercibida: el gobierno colombiano destinará 246 mil millones de pesos para prevenir el embarazo juvenil. No hace falta ser un gran conocedor para concluir que es mas de lo mismo: salud sexual y reproductiva; preservativos (que pueden fallar y de hecho fallan), pastillas, parches, implantes (que tienen principios activos que son abortivos) y sobre todo, mucha desinformación para nuestros jóvenes respecto a qué es ser hombre (es que para reafirmar la masculinidad hay que mentirle a las mujeres y así poder utilizarlas simplemente como instrumento de placer?); o qué es ser mujer (seré mas bonita en la medida en que mi cuerpo despierte mas el deseo de mas hombres).
Me llama la atención que la noticia surgió hace unas 18 horas y ya es casi imposible de encontrar en los periódicos colombianos: la afectividad de nuestros adolescentes y la vida por nacer no es importante para las noticias ni para los políticos. Y mientras tanto, cabe preguntarse: quién recibirá ese dinero? Lo ejecutará el Ministerio de Salud? Yo creo que habrá algunas empresas privadas, con Profamilia a la cabeza, que se lucrarán de una manera fabulosa con ese dinero.
Mientras ofrecer la idea de la dignidad y el afecto como punto de partida de una sexualidad sana no produce dinero, forrar a nuestros jóvenes en preservativos o darles pastillas sí que dá ganancias. Ya sabemos por qué Profamilia defiende la Salud Sexual y Reproductiva: tiene 246 mil millones de razones para hacerlo.
Además, el gobierno distrital pretende, porque no ha desechado la idea, que la educación sexual que se imparte en los colegios distritales, sea diseñada con el concurso de la población LGBTI.
Necesitamos mas razones para tener claro que la educación sexual debe comenzar en casa? Quién se preocupa mas por la vida de tu hijo: Profamilia con 246 mil millones de razones para inducirlo a que viva su sexualidad desligada del afecto y la dignidad, o tu que le diste la vida y se la volverías a dar si fuera necesario para que fuera feliz?
Bueno, como mujer, católica y madre estoy cada dia mas cansada y desencantada de tanta desorientación, disfrazada de «orientación». Para no ir tan lejos, la publicidad lanzada por la alcaldia de Bogotá titulada: En Bogota se puede ser… homosexual, lesbiana, bisexual, transgenerista… aparte de ser un empujón para que los jovenes se embarquen por moda o por lo que se les de la gana a probar lo que se les de la gana, les falto decir SE PUEDE SER PROMISCUO y vale resaltar que almenos por respeto a las parejas hombre – mujer, olvidaron incluir que se puede ser… heterosexual, sin mas ni mas de forma muy sutil la alcaldia de Bogotà subestimo la heterosexualidad. Como dicen las abuelas, a mis 30 digo «a donde carajos vamos a parar????»»
Cada vez más vemos como la desorientación sexual, lleva a nuestra juventud al desenfreno sexual y afectivo, donde lo mas claro que prevalece es el interés económico y no lo que verdaderamente deberíamos estar viviendo que seria ver buenos resultados de buenos principios sembrados por Dios primero en nosotros como padres para que se vean reflejados en nuestros hijos y comunidad, eso salvaría a nuestros jóvenes de tomar decisiones que atentan contra su salud e integridad física.
Quiero reiterar que las palabras convencen pero el testimonio arrastra.
Cada día, cada instante es mas difícil tener que enfrentarnos con estas realidades, determinaciones que maltratan nuestra integridad como mujeres, como madres, como profesionales, como esposas.
Cuando comparto con mi hijo y oro con êl, pedimos por tantas mujeres engañadas y maltratadas, y oramos a Dios por los «CAMINOS DE VIDA» de los niños que están en los vientres de las mamás, para que a través de la fuerza del Espíritu Santo estos hijos puedan nacer, tener un hogar, una familia.
Mamitas que han llegado a este Blog; no es una coincidencia que estés leyendo estas lineas, es Dios que quiere abrir tu corazón a su amor y a su obrar. «ANIMO» No desfallezcas, dale una oportunidad a tu bebe de mirar tu rostro y demostrarle a Dios su gratitud por la obra maravillosa de la vida.
Un abrazo