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La frase es tan popular como cierta: el sentido común es el menos común de los sentidos.

El sentido común dice que si una persona no está en condiciones de tomar por sí misma sus propias decisiones, no es conveniente que lo haga en temas sensibles y vitales para ella misma o para la sociedad. Por eso, existe algo que se llama Patria Potestad, que faculta a los padres para educar a sus hijos según el criterio de estos últimos.

Es de sentido común que si el papá es el responsable de la educación de su hijo, esté pendiente de él mientras madura y es capaz de tomar sus propias decisiones.

Pues bien: una de las estrategias que busca esta agenda de uniones del mismo sexo/aborto libre/sexo desde que el cuerpo sea capaz, etc., es la de suplantar la autoridad de los padres por la del «todo poderoso» Estado. Para esto, venden la idea de que la ley debe aplicarse por sobre todas las cosas, pues la ley es garantía del bien común.

Así que, si un padre piensa que no se le debe enseñar a su hijo que el condón es una expresión de masculinidad y responsabilidad, el Estado debe asegurarse que ese «pobre muchacho» reciba una enseñanza incluyente y amplia que le permita desarrollar sus opiniones según sus propios criterios y sus propias hormonas por supuesto.

Un ejemplo patético de como el estado pretende suplantar la patria potestad de los papás, está sucediendo en España con la exhibición de la película blood money (dinero de sangre): un documental que pretende desenmascarar la mentira del aborto. El mismo Estado que le permite a una señorita menor de edad comprar la pastilla del día después y abortar sin mayores requisitos, ha dispuesto que ese documental sólo lo puedan ver personas mayores de 18 años.

Tiene eso sentido?
En eso libertad?
Es esa una decisión incluyente?

Respeto a la madre patria, tengo conocidos que viven allá y algunos están nacionalizados. Estoy seguro que en algún momento el mundo se avergonzará de la sin razón del aborto; pero mientras eso sucede, conviene que como padres, educadores y dolientes de la sociedad, nos preparemos para, con amor (que incluye firmeza), claridad (que implica contundencia) y verdad (que incluye valentía) les enseñemos a los mas pequeños que esa forma de libertad es una patética mentira que, como los agujeros negros, pretende comerse todo lo que está a su paso. De hecho, los medios de comunicación tradicionales no han comentado nada al respecto, ni de la película, ni de la clasificación dada para mayores de edad.

Pero saben que es lo mas hermoso? que la luz de una «débil» cerilla, es mas fuerte que esa masa oscura que pretende engullirlo.

Animo, iluminemos el corazón de nuestros hijos, que va a valer la pena que ellos lloren de alegría por ver la sonrisa de sus propios bebés (ojalá engendrados cuando sea prudente). Nuestras hijas y nietas no merecen convertir sus vientres en ataúdes.