>Por estos días estamos en la parte final de las elecciones para Presidente en Colombia. Para muchos, han sido mas interesantes de lo que se esperaba. La cosa está tan candente, que en la última semana antes de la primera vuelta, hay programados 3 o 4 debates con los candidatos mas opcionados.

Viendo sus respuestas con relación a la razón de ser de este blog, encuentro que los candidatos poco, hablan de la defensa de la vida. Y la razón de ello es tan sencilla como obvia: los periodistas no les preguntan al respecto casi nada. Por supuesto el tema del aborto no es el único en una campaña presidencial, pero vaya sí es necesario abordarlo. Solo me he encontrado con esta sencilla entrevista, en la cual se pueden ver las incongruencias que ya conocemos:

• El candidato que es conocido como un hábil político que podría llegar a tranzar hasta sus principios para que no lleguen a ser sus finales, se confiesa católico pero dice que se atendrá al dictamen de la Corte Constitucional al respecto.
• El candidato que se emociona y llora con facilidad y que dice, repite y grita que la vida es sagrada, también acepta el aborto. Supongo que nos enseñará con sus hábiles estrategias pedagógicas a respetar la vida, pero a respetar mas el aborto. Y a juzgar por sus exitos en Bogotá con sus programa de cultura ciudadana, es muy probable que tenga éxito en esta pedagogía de muerte.
• Los demás candidatos hombres son mas de lo mismo, con la diferencia de que no marcan en las encuestas mucho mas allá del margen de error.
• La única candidata mujer dice que «la vida es sagrada», pero no afirma que echaría para atrás el aborto y tampoco marca en las encuestas.
• Y todos parecen plegarse al «imperio» de la ley expresada en la Constitución de nuestro país.

Creo que todos son lo mismo en este tema y como no me creo con el derecho a influenciar en ustedes su derecho a votar, ni pienso que a nadie le interese cómo voy a hacerlo, les invito a que tengamos en cuenta que como sociedad hemos cambiado a Dios como rector de nuestras vidas para convertir a la ley en eso. Con una diferencia: las leyes que han sido hechas por hombres, responden a intereses egoístas, sino que lo digan los carniceros de Teusaquillo, el mayor cementerio de Bogotá (el barrio donde hay mas abortuarios en la ciudad).

Amanecerá y veremos, dijo el ciego, pero mientras el derecho fundamental a la vida sea tenido en cuenta como un comodín privado para comprar conciencias, de ahí en adelante la política terminará siendo una manipulación rampante: sea con jugadas maquiavélicas de políticos avezados o con pedagogías modernas.

Y por supuesto, cuestionarse sobre el aborto, será una pregunta inoportuna.