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La primera parte de estos planteamientos, la encuentras en este link.

El panorama de un irrespeto continuado a las mujeres en lo afectivo, sexual, laboral y cultural, desembocó en un grito de «libertad» que ha traído fuertes tendencias en nuestra vida actual, las cuales no parecen ser meramente coyunturales. Me permito presentar las que veo con mayor altivez.

SITUACIÓN ACTUAL

Los Derechos Sexuales y Reproductivos y el desarrollo científico, respaldado por océanos de dinero, trajo anticonceptivos «de última generación» para vivir una sexualidad desligada de la maternidad, pero también separada del amor. El placer, (y quién puede decir que el sexo no es algo delicioso a lo cual se puede tener derecho), se volvió lo mas importante en un encuentro íntimo y la pastilla, la T, las inyecciones, los implantes, y los parches, eran la herramienta conveniente para lograr este cometido.

Pero no sólo es que una pareja, dentro de los cánones de la monogamia, disfrutara de su sexualidad sin el «riesgo» de un embarazo. Ese es un mercado muy pequeño en comparación con la posibilidad de los intercambios de pareja, y las relaciones cada vez mas casuales y menos centradas en un sentimiento estable como es el amor.

Así, hoy en día hay propuestas para mejorar su placer sexual, y ser una mujer plena, con campañas como «póntelo, pónselo» que las invitan a llevar condones en su cartera, por si se presenta un afán, pues que «se puedan proteger».

Todavía hay nuevas formas de aumentar el mercado. Ahora hay un nuevo filón y muy jugoso para incrementar las ganancias: los jóvenes. Siendo personas con un criterio en formación, son mas manipulables que los adultos y es así como vemos que hay campañas de Profamilia, y programas en la radio juvenil, que le venden a las señoritas la idea de que tu también tienes derecho a disfrutar de un placer sin límites que te hará sentir querida e importante para los demás.

Los derechos sexuales y reproductivos tienen dos ejes: el que mencionamos de una sexualidad subyugada al placer, y el aborto: la posibilidad de que una mujer pueda luchar contra su mas fuerte y pura esencia de dar vida, matando a su hijo en su vientre, y convirtiendo su mismo ser en un testimonio de muerte.

El aborto ha venido colándose en nuestros países, a través de sentencias jurídicamente discutibles y noticias que pretenden movernos a una falsa compasión (mira aquí un collage de estas desgracias); también hay columnas de opinión que pretenden beneficiarse del buen negocio de denunciar a la Iglesia y publicitar el aborto.

Se presenta la maternidad como una «opción mas» y como un lastre que impide el desarrollo profesional y una vida sexual mas activa y placentera. En contraste, el aborto termina siendo esa «llave» que libera a la mujer de dichas opresiones.

En conclusión, se vende la idea de que el sexo basado en el placer «y a la lata», y la decisión sobre una maternidad, son dos puntas de lanza de la libertad femenina. En la próxima comentamos qué tanta libertad hay en convertir el vientre en un cementerio y en relaciones de pueden no ser de una sola noche, pero que igual son cortas y pobres para la grandeza del corazón femenino.