>La pregunta parece tan obvia que para qué responderla: Si siembras manzanas, cosecharás lentejas? Por supuesto lo que debes esperar son manzanas, nunca cosa diferente.

Este video habla por sí solo: a las tasas actuales de nacimientos, varios países de Europa pueden llegar a ser musulmanes en unas pocas décadas. El fenómeno es contundentemente matemático: los niños que están naciendo, son muy pocos en comparación con la población que muere. En algunas naciones la tasa es de 1.1 por parejas.

De manera contraria, las personas musulmanes tienen familias de 8 hijos en promedio. Por lo tanto, los inmigrantes de hace unos pocos años, tienen ahora millones de personas nacidas en Europa, que al mismo tiempo practican la religión musulman.

No me quiero extender en las consecuencias culturales y espirituales que eso puede traer para el mundo, pues no tengo conocimiento para ello, pero sí me he preguntado al conocer esa información:

• ¿Qué dirán países como España que enarbolan la bandera del aborto con tanto orgullo?
• ¿Se sentirán bien los franceses abandonando su religión católica para ser absorbidos por credos musulmanes?
• Y las políticas de salud sexual y reproductiva de la pastilla del día después y la anticoncepción química, ¿en dónde quedarán si se consolidan estos cambios de creencias?
• ¿Qué quedará del feminismo que canta a grito herido que la mujer es dueña de su propio cuerpo, dentro de la cultura musulmana?
• ¿Y las uniones del mismo sexo, que implican crecimiento cero de la tasa de natalidad?

Es que, pienso que en el fondo, esto es un asunto de creencias: si creemos que tener mas de un hijo es mucho, o cosas similares, pues ahí está el mundo musulmán, mostrándonos que la tasa de natalidad, no es obstáculo para el crecimiento de una sociedad y sería injusto juzgar a ese pueblo por una minoría violenta.

Si sembramos el egoísmo de escudarnos en tener muy pocos hijos para «criarlos bien» ( y de paso con todas las comodidades para nosotros mismos), lo que vamos a cosechar es aislamiento y el ser humano no puede salir adelante si no se deja guiar. Las personas no alcanzan sus metas si no se apoyan unos con otros.

Veo a mi hija, sin hermanos, con muy pocos primos y espero que ella haga parte de una generación que se niegue a vivir en soledad.

El mundo está cambiando…