>Con mas frecuencia oigo hablar a los muchachos que «cuando cumpla los 18 me voy de la casa»; el que tiene posibilidades, piensa en ir a estudiar al exterior; el que no, sueña con encontrar un trabajo de día y un estudio de noche. Hablan con cierto desdén de su familia y no ven la hora en poderse liberar del yugo de los padres.
Un par de preguntas (puedes cubrir completamente todos tus gastos?¿los papás de tus amigos aceptarán que vivas ahí varios meses mientras encuentras un trabajo?) nos demuestran que la idea de independencia a esa edad, hace honor a la palabra adolescencia: adolecen de falta de planeación, de disciplina (la mayoría tiene problemas académicos y creen que podrán con trabajar y estudiar al mismo tiempo).
Se pueden seguir escribiendo estas líneas como una muestra de la falta de muchas cosas (carácter, gratitud hacia los padres, entre otras), pero no creo que eso aporte cosas mayormente nuevas a un problema que cada vez nos está afectando mas: la familia se está desmoronando en la sociedad. Y como la familia la fundan los padres, hoy prefiero mirar este problema desde la óptica de ellos.
Una pregunta sensible es: será que los hijos quieren independencia por qué se sienten bien en casa? yo creo que si uno se siente a gusto en un lugar, no busca cambiarse porque ese mismo hecho en sí mismo es aburrido; a nadie le gusta una mudanza. Además, en la mayoría de los casos, si un jóven logra su anhelada independencia, pierde estatus pues sus ingresos no le permiten vivir como con sus padres, que llevan años o décadas acumulando un patrimonio.
Entonces, por qué sacrificar tantas cosas (TV plano, buen barrio, etc.)? evidentemente no todo es responsabilidad de los padres, ni debemos achacarles completamente la apatía de sus hijos hacia la convivencia familiar. Sin embargo, es claro que algo tenemos que hacer para que a los hijos les guste tanto la casa, que a pesar de las naturales tensiones producto de su momento de vida, y tal vez del nuestro, la vida familiar sea tan importante que no sea una posibilidad la de vivir solos.
Como yo lo veo, las cosas están interconectadas: una sociedad que ha descubierto que es buen negocio la rebeldía de los jóvenes, unos padres que tienen relaciones de pareja que saben al icopor, y unos muchachos que no han tenido tiempo de construir un criterio propio para no dejarse llevar por diversas tendencias, son el caldo de cultivo ideal para pensar en formas de vida que no llenan el corazón humano; y ahí llegamos a los vacíos afectivos, al sexo de momento como mendrugo de cariño, al embarazo no esperado y a la muerte del que no tiene nada que ver en todo esto: el no nacido.
>Hola Saulo. Que interesante es este tema, en realidad a todos nos pasó cuando fuimos adolescentes y aún sigue pasando de generación en generación. Entonces cómo podemos hacer para que nuestros hijos (aun niños) lleguen a valorar tanto su casa y su familia que no piensen en abandonarla antes de tiempo? cómo podemos ayudarlos para que vean su hogar como un refugio de amor y no un lugar indeseable donde no se puede vivir? Muchas gracias por tus comentarios y me gustaria que nos regalaras pautas para incular a nuestros niños desde yá esos valores que aa futuro serán indispensables para la convivencia en el hogar.Un abrazo.