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Este post, es una continuación, de lo que escribí como primera y como segunda parte respecto a la depresión. Mi hermano, Fray Nelson, me preguntaba cuándo creía yo que eran necesarias las pastillas, es decir la intervención de un proceso psiquiátrico. La teoría menciona que son oportunas cuando la persona tiene una ideación suicida que se vuelve continua, o mas aún, cuando ha intentado quitarse la vida. Personalmente, estoy de acuerdo con eso.
Sin embargo, yo he visto y me gustaría mucho que un psiquiatra opinara al respecto, que con alguna frecuencia la persona comienza a tomar las pastillas y logra controlar su tendencia suicida y normalizar algunas cosas, pero aún con una terapia que las complemente, en muchos casos no hay un éxito contundente, en cuanto a que la persona deje de refugiarse en su tristeza y salga a la búsqueda de esas oportunidades reales que le esperan afuera de sí mismo.
Un elemento adicional que pienso que es importante mencionar es que la persona se siente “abandonada”: de sus padres, de su esposo, de su familia o de todos un poco, hasta sentir que Dios no existe, o que se olvidó de él. En muchos casos, hay verdaderas historias que parecen afirmar esto, pues la persona ha sufrido experiencias emocionales fuertes: preferencias por otros hermanos de parte de los padres, abusos físicos o sexuales y mil historias mas.
Pienso que la clave para que una persona deprimida dé un paso adelante, es que descubra que nunca ha estado sola, que nunca ha sido abandonada por Dios: es una gran paradoja que no tengamos en cuenta, que despreciemos el Amor de quien nos ha creado; como bien decía San Francisco de Asís, “El Amor no es Amado”. Afortunadamente ese torrente de amor no cesa y eso es lo primero que tiene que sentir el deprimido.
A esa corriente de sin sabor en su vida, a ese desaliento de sentir que no hay nada importante ni afuera ni adentro de sí mismo, lo que yo conozco que puede sacar a la persona de ese marasmo, es descubrir el acontecimiento del año: sentir que es tan importante que es amado por alguien.
La cuestión es que el mundo que vivimos tiene bastante de interesado y por eso no es fácil encontrar que alguien nos quiera de gratis. Mas bien, nos piden algo a cambio, un favor, una caricia, dinero, etc. Y si eso desanima en condiciones normales, mucho mas cuando la vida no sabe a nada. Por lo tanto, lo que yo he visto que mas ayuda, es el Amor de Dios, a través de amigos y familiares que puedan guiar a la persona a sentir que su existencia no es azar ni mucho menos un error. Esto no es simplemente un Padre Nuestro antes de acostarse; es necesario un caminar, encontrar ese Camino de Vida que nos trae la vida misma.
Por supuesto que esto no es la solución por sí sola, pues es necesario un camino terapéutico para enfrentar miedos con posibilidades de ser vencidos, pero pienso que la primera guerra que hay que vencer es la de sentirse abandonado, no querido por nadie.
En Pocas Líneas …
- Una serie de programas de radio sobre la defensa de la vida y la condena al aborto, que pueden ser útiles en familia o en la escuela. Has click en el link “Principios no Negociables”
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>Cuando leí el título no lo entendí… y después de leer el texto creo q tampoco. Me decepciona un poco que lo que mas ayuda a una persona sea el amor de Dios a través de la familia y los amigos porque … uno esperaría algo más, wow, de parte de Dios, ya que esa familia y amigos son los que en la realidad de muchos le han dejado sola a esa persona. O es que el milagro de la curación interior empieza por ahí? Por acostumbrarse a la realidad sencilla del frágil e imperfecto amor humano? A no esperar lo que no ha de llegar porque los amigos y la familia no van a cambiar? porque la esperanza es que la sanacion de alguien de sus sico-siquia-problemas es que pueda estar solo en manos suyas, del terapeuta y de Dios… o eso había entendido en las 2 partes anteriores, que si se puede encontrar la fuerza en uno mismo para salir de esa tristeza que lo rodea como una realidad virtual, sin importar lo que reciba de afuera.
>Estoy totalmente de acuerdo con el doctor saulo, aunque existan dudas sobre si la familia ayuda o no en los momentos de depresión lo que sucede es que inconscientemente aislamos a las personas que nos aman de gratis (amigos y familia), como dice el texto, de lo que estoy completamente convencida es que Dios le regala a uno tanto amor que ni nos damos cuenta por eso es tan importante sentirse amados por el, porque es ahí donde empieza la verdadera sanacion. Alexandra
>El amor de Dios se refleja en cada uno de sus discípulos pero cuando decidimos alejarnos de todos, familia, amigos, de la sociedad, es más complicado sentirlo.Para algunas personas aceptar que nunca hemos estado solas es un gran lío, ese amor siempre pareció muy lejano, y que de un momento a otro se nos muestre, confunde. Es hermoso sentir que a pesar de que estemos en el escondite más oscuro, aya llegue el gran amor, es el acontecimiento más lindo!, y a pesar de eso, algunos lo aceptamos pero preferimos seguir en nuestro escondite para no enfrentarnos a nada más que a nosotros mismos.Eso es malo?
>Pienso, que el medio para superar las dificultades y las depresiones, no necesariamente proviene, ni de los amigos, ni de la familia, proviene de que uno mismo descubra que no cuentas ni con tus amigos, ni con tu familia, la familia y los amigos tal vez acompañan aunque no entiendan, pero de quien verdaderamente uno recibe amor, mucho amor y comprensión es de Dios, quien ama profundamente. Y uno sé da cuenta iniciando un camino de búsqueda y de humildad, no sé de que forma una terapia de personas especializadas puedan conducir a una persona a esa realidad, pero es Dios fuente de todo el AMOR. Es lo que sé.